Diseño Humano: El Programa no es tu vida: Del 21 al 27/1…El Sol en la puerta 41…

Del 21 al 27 de Enero el Sol en la puerta 41

Es un momento excelente para transformar los dogmas de la pasión sexual sin hacer nada, sin hacer nada, no tiene nada que ver con tener mucho sexo, y sin embargo, veis, aquí se ve muy bien cual es la disposición para este año, este es el comienzo del año nuevo del rave con el sol ya en la puerta 41, la cruz de lo inesperado, el nuevo ciclo que empieza.

Y veis, que esta es una puerta de combustible a la que le tiene de seguir un potencial, a la que le sigue una posibilidad, que luego puede haber una expresión o no, pero aquí en realidad se enciende una chispa sobre una caldera que ya está al rojo vivo, la caldera ya está al rojo vivo, es como si solo le faltara la fuerza, la chispa de la primavera para empezar a erupcionar.

Y no es realmente un momento para manifestar, para tomar iniciativa, no, es un momento de revisión, y en esa revisión el entendimiento de lo que ciertas cosas significan para tí, y una gran ocasión para templar el espíritu, y hacerse de rogar, hacerse de rogar, no hay verdad en el ahora, dejar que las cosas se hagan a fuego lento, esperar por los vínculos de la corrección.

Una corrección que no tiene nada que ver con la moral, la corrección contigo mismo, la corrección en tu modo de vivir, la corrección en el alineamiento con tu forma, con lo que es correcto y natural en tu forma, en tu manera de salir al encuentro de quién quiera que sea tu interlocutor.

Una vez que entiendes de donde viene tu propia corrección, cualquier otro ser humano es un espejo, cualquier otro ser humano es un espejo si entiendes lo que significa indefenso, incompetente, que no hay nadie especial, nadie lo es, es otra manera de vivir, es otro código de valores, y es otro sentido de la medida de las cosas, tu firma como única agenda a lo largo de un año, tu firma.

Llegamos aquí al último tramo del Cuarto de la Mutación  y vemos que aquí la bioquímica de esta divinidad es el yin-yin, quiere decir que aquí es donde el espíritu, el espíritu del potencial humano cobra forma.

Y cobra una forma que solo puede ser humana, bueno, no es cierto, que debería de ser humana, pero al mismo tiempo como el ser humano nunca tuvo una conciencia objetiva del tipo de criatura que es el ser humano, dio por supuesto durante la mayor parte de nuestra historia que somos una creación de Dios.

Da igual que orden religioso espiritual, el espíritu humano es un anhelo en la forma del espíritu humano, forjar el espíritu, filosóficamente primero, experimentar la limitación de la forma para poder vivir a la altura de los conceptos filosóficos, es decir, de no saber si adaptar la filosofía a la forma, o la forma a la filosofía.

Pero básicamente a través de esa ignorancia de base y de esa limitación de base, lo que vemos aquí es el ser humano filosofando acerca de una limitación que desconoce, que no sabe si existe o no, tratando con su limitación proyectándose a través de la más pura metafísica.

 La mente, ese pensamiento fijo de que mis límites son los límites de todos, que todos los seres humanos tenemos la misma limitación porque estamos hechos por el mismo Dios, y estamos aquí para sufrir por el mismo pecado y redimirnos de él, sin necesidad de haber pensado nada de eso por ti mismo, nada de eso por ti mismo.

Y desde esa metafísica pura, la utopía, la utopía de lo que podríamos llegar a ser y llegar a hacer si nos pusiéramos todos de acuerdo, si tuviéramos el mismo sueño, Martir Luther, pensar, yo tuve un sueño, ayhh, luego finalmente la 19, la necesidad, porque aquí tenemos en la última puerta, el yin-yin, yin-yin.

La necesidad de la forma de que haya un Dios, de que todo sea para algo, de que le sirva a la forma por lo menos, de nutrir la forma del espíritu hasta el final, hasta que el espíritu se libera de ella en la muerte, en la muerte, porque aquí entre las puertas 19 y 49, en el canal de síntesis, tenemos la raíz de todo el misticismo humano.

Y enclavada entre ambas la puerta 13, marcando el inicio anual del ciclo encarnatorio, el más allá y el más acá emergiendo juntos, el espíritu y la forma en cada nueva encarnación, pero desde la ignorancia y desde el no-ser, ese salto, que solo como acto de fe, un acto de fe que más que un acto de fe es una simple sumisión, una sumisión.

La puerta 19 es una puerta de sumisión, la sumisión del mamífero al hombre, la sumisión del hombre a Dios, la sumisión del hombre inferior al hombre superior, cual es el hombre superior, como se mide superior o inferior, estamos en el Cuarto de la Mutación, estamos en el cuarto de los dogmas, no hay superior, no hay inferior, es todo ilusión.

(Extraído de: “El Programa no es tu vida” de Alokanand Díaz del Río)

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