La Luna y el mundo de las elecciones que es la mente: La distorsión del yo homogeneizado

El mundo de las elecciones, veis..,el mundo de las elecciones es la mente proyectándose en el tiempo, pero cuanto tiempo tienes, cuanto tiempo tienes si todos estamos en el ahora, si todos estamos en el ahora cuanto tiempo tienen los que tienen en este ahora 80 años.

Cuanto tienen los que tienen 50 años, cuanto tienen los que tienen 40 años, cuanto tienen los que tienen 30 años, los que tienen menos que 30, y cuanto tienen los que están naciendo ahora, es decir, quién mide, quién mide y a que distancia proyecta su tiempo, el tiempo que cree tener, el tiempo que cree controlar, el tiempo que cree que va a poder aprovechar mejor, el tiempo que.., que tiempo?… que tiempo?..

El tiempo de la mente es esa cápsula mental, y no importa lo que uno elija, uno siempre elige ser lo que no es, y uno elige ser lo que no es por pura supervivencia, y como veréis, bueno, hoy es la sesión perfecta para introducir el poder de la Luna, porque el poder de la Luna nos llega como el imperativo genético, nos llega a través de la forma, igual que uno no puede evitar nacer de un padre y de una madre, así el poder de la Luna, así el poder de la Luna..orgánico..orgánico, elemental.

Y como veréis, el programa aquí, al inicio no corre riesgos, no corre ningún tipo de riesgos, y su propósito de guiar la humanidad hacia un proceso de homogenización es algo que es simplemente irreversible, es decir, no hay más que mirar las diferencias que son obvias en la civilización humana, no importa en cual, comunista y capitalista, la china y la rusa, la australiana, la africana, las diferencias determinantes entre unos seres y otros siempre son las mismas.

Son diferencias materiales que no hacen más que revelar lo peor del género humano en cuanto a la falta de espíritu, nada que a nadie se le pueda recriminar, ya que como el imperativo genético es reproducirnos, la necesidad de sobrevivir es un imperativo tan elemental que todos lo aprendemos con la leche que mamamos del pecho materno, desde el instante mismo del nacimiento, porque para nadie va a ser tan importante nuestra supervivencia como para la madre, de cuya forma misma hemos nacido.

El impacto que la Luna tiene sobre nuestra mente es que la clave que utilizamos es que la Luna determina el foco, y el foco es el foco de atención. es el foco de atención sobre aquello que ocurre sobre el escenario, es el foco de atención sobre aquello que parece tener mayor importancia de todo lo que ocurre sobre aquel escenario, ese dicho que dice; “no vemos las cosas como son, que vemos las cosas como somos”, es así, es así antes de despertarse y después de despertarse.

A través de la distorsión de tu no-ser proyectas sobre los demás tus propios dogmas, tus propias fobias, tus propias limitaciones, tu propia sombra, cuando despiertas proyectas sobre los demás tu espíritu, tu humanidad, es decir, que ellos no sepan que están indefensos e incompetentes ante su propia naturaleza, no significa que tú no lo sepas, que ellos tengan ganas de negarlo y de insistir en que, si, tienen elección, bueno, no significa que yo me lo crea.

Significa que, bueno, pues mira, si a ti te va bien eligiendo, pues ojalá llegues muy lejos, como yo ya sé a donde se llega eligiendo, no tengo el menor interés en discutir con alguien que cree que sí, porque yo no creo que no, yo sé que tengo elección, solo sé que no me importa elegir, no tengo urgencia por elegir.

Si se puede decidir de algún modo simple lo que significa tener una mente liberada, una mente liberada es una mente que no está compelida a elegir, a caso sea esa la única libertad real, la libertad de no tener miedo a perderte algo si no eliges nada.

Y a través de la identificación con lo que elegimos, veis, la distorsión del foco, la Luna y lo que piensas te acaba moviendo, te acabas identificando con lo que piensas en lugar de con ser el que piensas: quién soy yo para mí en mi circunstancia?, da igual donde, cuando y con quién, quién es el otro en la circunstancia?, da igual donde, cuando y quién sea.

Pero el foco de atención siempre es mi percepción, el dilema mental te alinea con esa percepción, veis, el Sol lo que representa es el estilo único de tu mente, el estilo único de cualquier mente, lo que hace mi mente diferente de la de Ra, diferente de la de cualquier otro ser humano que haya existido jamás, mi forma de pensar, da igual qué, cuando, y donde, ese es mi yo soy, yo pienso así.

Pero mi Sol no determina qué pienso, determina como pienso, el “qué” viene determinado por la Luna, la Luna es la que determina a qué le doy atención, a qué le doy atención prioritaria, si eres un proyector a quién le doy atención prioritaria, si eres un generador que se pregunta quién soy yo para mi, la posición de la Luna en ese momento es la que más te puede arrastrar a concluir que eres algo que no eres, como un juego mental.

Y como juego mental puede ser entretenido, distraído, en el momento que esa distracción se convierte en tu identidad y te mueve, no solamente te arrastra a una circunstancia en la que más que tus dones vas a percibir tus carencias, los pensamientos que vas a estar atrayendo hacen que te hundas cada vez más en la distorsión de tu no-ser.

Es decir en tus frustraciones, en tu amargura, en tu rabia, aunque no lo parezca, es decir, te alejas de tu círculo, te alejas de tu firma. Identificado con el otro, con lo que ves, con lo que podría ser, con lo que no eres, si lo ves es que no lo eres, que lo pienses no significa que lo seas, que lo pienses puede significar que lo percibes, que lo estás viendo, que estás cerca de ello, o no, o no.., porque ese es el poder de la Luna.

El poder de la Luna es que los pensamientos tengan substancia propia en cada momento, cada pensamiento nuevo, nuevo ocupando un espacio, una gravedad, habéis visto que los pensamientos no son nada, no parecen ser nada, pero son algo, si no fueran algo no hablaríamos de ellos.

Y mientras están ahí, no es que se amontonan, para algunos como yo, sí, la ansiedad hace que se acumulen, pero cuando estás en un estado de conciencia auto-reflectante, es decir, plenamente despierto y relajado como pasajero del vehículo, aún entonces intenta no pensar, y verás como es intentar no hacer pipi cuando tu cuerpo lo demanda, no tienes elección, tu cerebro le da sustancia a los pensamientos que tu mente reproduce.

Y mientras están ahí y van pasando uno a uno como nubes ante ti, tienen la suficiente gravedad como para que tu puedas observarlos y hablar de lo que piensas, que solo tu estás viendo en tu pantalla interior, así que el poder de la Luna sobre nuestra experiencia cotidiana será invisible, pero por lo mismo, no debiera ser nunca, nunca, nunca, subestimada.

Extraído de “El Programa no es tu vida” por Alok

 

 

 

 

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